Cuando llevamos poco de relación y de pronto se acaba sin más o cuando llevamos una relación más o menos larga y la pareja nos sale con una de esas explicaciones evasivas como "no eres tu, soy yo" o "es que necesito tiempo", muchas veces nos quedamos llenos de preguntas y nos angustiamos.
Damos vueltas en la cabeza con montones de pensamientos y de imágenes de cada momento de la relación para tratar de encontrar respuestas. También acudimos a los amigos o amigas para ver si con ellos logramos desciifrar ¿por qué terminó la relación?
Este ciclo de preguntarnos y aferrarnos a la obsesión de encontrar una respuesta a interrogante nos puede salir muy caro porque es una de las preguntas más nocivas que nos podemos hacer.
Quiero referirme en esta nueva entrada del blog a otras preguntas mucho más constructivas que nos podemos hacer cuando una relación termina.