23Mayo

Tips para formular un proyecto de vida

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Tips para formular un proyecto de vida

Si tienes días en los que no quisieras levantarte de tu cama porque tu trabajo no te hace feliz. O si a veces te preguntas ¿si estás haciendo lo que deberías hacer con tu vida? o si ¿puedes ser más feliz con lo que haces?...este artículo es para ti porque eso significa que necesitas revisar tu proyecto de vida.

Para empezar, no es extraño que ni siquiera hayas formulado ningún proyecto de vida, sino que dejaste que los días, los meses y los años fueran pasando, mientras tu estabas ocupado haciendo tu trabajo. En ese caso, no importa, porque nunca es tarde para comenzar y sacar todo el jugo a la vida...

También es posible que hayas hecho un proyecto de vida o incluso ya has cumplido varias metas, pero sientes que necesitas hacer algunos ajustes.

En cualquier caso, sea porque ya hiciste tu proyecto de vida o porque ésta será tu primera vez, en este artículo te comparto algunos tips que considero importantes para que los tengas en cuenta cuando vayas a formular tu proyecto de vida.

1. Que esté alineado con la pasión

Hace poco tuve la oportunidad de conocer un grupo musical que apenas comienza en el mundo artístico. Todos los integrantes son jóvenes apasionados por la música y esa pasión se palpa y se contagia a todos los presentes.

Algo que me llamó la atención esa noche en que fui a ver el grupo, es que me enteré que la cantante había presentado un fuerte cuadro viral por esos días y había estado en la clínica. Si no me cuentan ese dato, jamás me hubiera enterado, porque era tanta la pasión por cantar, que nadie pudiera haber adivinado su estado de salud de todos esos días.

De eso se trata, de basarnos en lo que nos apasiona. Un proyecto de vida debe estar alineado con la pasión.

¿Sabes qué pasa al alinear nuestro proyecto de vida con aquello que en realidad nos apasiona?, le ponemos un motor a la vida que nada ni nadie podrá apagar.

De nada sirven todas las razones o argumentos que se vinculen en un proyecto de vida si éste no se encuentra alineado con la pasión porque, al final del día, sólo la pasión podrá mantenernos firmes en la conquista de las metas, por encima de las circunstancias y superando incluso la adversidad.

2. Tener mucha claridad de lo que se quiere lograr


Entre más claras sean las metas que se quieren lograr, mucho más fluido se vive y será más fácil que el universo conspire a favor.

Si nuestra mente se confunde sobre lo que queremos lograr con nuestro proyecto de vida, entonces comenzamos a enviar mensajes contradictorios o confusos, de manera que el universo responderá de la misma forma.

Para lograr claridad de lo que queremos, lo importante es visualizar cómo nos vemos y nos sentimos con cada meta que queremos alcanzar. Es decir, imaginar lo que sentiremos cuando ya la meta se alcance. Si notamos sentimientos de gozo, de paz y de amor, tan solo con imaginarnos las metas, esas son señales de que podemos confiar en que estamos por el camino correcto.

Al contrario, si experimentamos incomodidad o sentimos angustia, al imaginar las metas, entonces es mejor replantearlas, hasta que la serenidad que aporte esa imagen sea tal, que no tengamos dudas de qué es lo que queremos alcanzar.

Por otro lado, es importante que soltemos el temor a soñar. Si tenemos metas que aparentan ser muy elevadas o grandes, confiemos en la inmensidad del universo, en el campo infinito de posibilidades y no permitamos que los miedos propios o ajenos, se crucen en el camino para convencernos de creencias de escasez que dificulten el proyecto de vida.

Recordemos que siempre y cuando estemos alineados con la pasión, que a su vez está conectada con la misión de vida, y tengamos claridad de lo que queremos, todo lo demás fluye, el universo se confabula para apoyar nuestras metas.

En síntesis, sin importar cuáles son nuestras metas, es fundamental que nuestros objetivos sean redactados en forma simple, de manera que podamos asimilarlos y enfocarnos en ellos con facilidad.

3. Trabajar con disciplina y constancia

Una vez que identificamos qué es lo que nos fascina hacer (la pasión); cuando ya tenemos la certeza de qué es lo que queremos alcanzar a partir de esa pasión (metas); entonces lo que sigue es elaborar un plan de acción o trazarse actividades que favorezcan el logro de esas metas.

En este punto es importante verificar que estemos actuando conforme a la ley de 3 al 7, además que estemos siempre confiados en el poder creativo que todos los seres humanos tenemos.

La ley del 3 al 7 se refiere a que mantengamos la constancia sin caer en la terquedad. Es decir, que debemos procurar no intentar un proyecto de vida menos de tres veces, porque tendríamos poca constancia; ni tampoco debemos insistir más de siete veces, porque nos volvemos tercos. Si vemos que las cosas no fluyen, en más de tres intentos, es probable que necesitemos hacer ajustes al proyecto de vida.

De esta manera, lo mejor es ir con serenidad, con entusiasmo y con constancia, haciendo lo que tenemos que hacer en cada paso, dando la máxima nota, para que todo el proyecto de vida fluya con naturalidad.

4. Cuidar los pensamientos y la palabra

Al elaborar un proyecto de vida y ponerlo en marcha, los principales enemigos, somos nosotros
mismos.

Si, nuestra mente, con sus creencias negativas, muchas veces nos hace dudar de lo que queremos o nos llena de miedo, debilitando el entusiasmo y apagando la llama de la pasión.

Todo proyecto de vida genera un salto al vacío, un emprender a partir de la confianza en nosotros mismos y en el universo, por eso debemos estar atentos para callar esa voz interior cuando quiera sabotear nuestros planes. Además debemos evitar a toda costa el escuchar comentarios negativos de cualquier persona que nos rodee.

No podemos permitir que el pesimismo o el miedo de otros, estropeen nuestro potencial creativo y le pongan piedras en el camino a nuestras metas.

5. Mantener la mente abierta

Una vez que estamos trabajando con disciplina en nuestro proyecto de vida, mantengamos una actitud de apertura que nos permita ver nuevas opciones de hacer realidad nuestros sueños.

Si permanecemos con la actitud del niño explorador, que goza con todo, que crea a partir de la nada y que todo lo observa para aportar mejores prácticas o mayor eficiencia, fluimos con mayor soltura y el entusiasmo se mantiene en alto.

Así pues, cuando formulamos un proyecto de vida, no importa la edad que tengamos, nos centramos, nuestra energía vital aumenta, nos sentimos con la fuerza suficiente para afrontar todos los retos que se presenten y fluimos con tanta naturalidad que todo se da con mayor eficiencia.

Si sientes que las horas pasan y no te das cuenta, si la vida te muestra muchas “coincidencias” que traen beneficios a tus metas, si todo el tiempo te sientes útil a la sociedad y que aportas algo muy valioso con tu trabajo, pues esas son señales de que has elegido un proyecto de vida que te corresponde, lo cual quiere decir que has encontrado la razón de tu vida en este planeta.

Publicado en Acción y motivación

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