Algunos de los lectores de este blog saben que viví en carne propia lo que significa pasar por una relación tóxica con un grado de toxicidad bastante alto.
De ahí que comprendo muy bien todo el proceso que se vive al atravesar por este tipo de experiencias, las consecuencias que se acarrean y además lo que pasa cuando la persona decide salir de allí para transformar su vida por completo, que fue lo que yo hice con la ayuda de mentores, lecturas, cursos y entrenamientos. Uso como metáfora de mi proceso que es como la transformación que tiene la oruga que se convierte en mariposa.
No todo el mundo decide hacer un proceso de sanación, de trascendencia y de transformación similar.
Hay quienes se quedan en la relación tóxica por siempre. Otras personas terminan la relación pero se van sin sanar ni sellar aprendizajes ni mucho menos cambiar, de modo que saltan para otra relación tóxica igual o peor que la de antes, o bien se cierran al amor y crean estrategias de huida para escapar cada vez que se acerca alguien con intenciones de construir una relación afectiva.
Más allá de cuál sea la historia de cada quien en materia de relaciones tóxicas, lo cierto es que siempre quedan unas consecuencias, en muchos casos nefastas.
¿Qué consecuencias trae el pasar por una relación tóxica (o por varias relaciones tóxicas)?
De este tema es esta entrada de mi blog, acompáñame.
¿Te ha pasado que te das cuenta cuando una amigo o un amiga está con una pareja que "no le conviene" pero tu amigo/tu amiga no se da ni por enterado/a?
¿Te preguntas cómo es posible que no se de cuenta?
Puede ser que sea un amigo o amiga tuya la que esté atravesando por una relación tóxica. Pero también puede ser que seas tu quien anda en una relación así y que sean tus amigos o personas cercanas las que piensen ¿cómo es posible que no se dé cuenta?
Exactamente, ese es el punto.
Ciertamente la persona que está en una relación tóxica no se da cuenta que lo está sino hasta que ocurre algún suceso que la hace abrir los ojos.
Más aún, después de abrir los ojos, puede ser que la persona decida continuar en la relación porque las estrategias de toxicidad desarrolladas se vuelven tan fuertes que la persona cree que vivir así es la única forma posible de vivir. O bien decide quedarse porque es tanto el miedo que tiene que se siente incapaz de salir de eso.
De hecho la ceguera de quien está en una relación tóxica puede llegar a ser tan grande que la persona puede enojarse y pelear con quien quiera hacerla entrar en razón.
Esto ocurre porque la relación tóxica se basa en el miedo, por tanto en el ego de superioridad o de victimización, de manera que conduce al desarrollo de mecanismos de defensa y de ataque permanentes.
Uno de esos mecanismos es la negación, por medio de la cual la persona asume aspectos de la realidad como si no existieran. Por eso muchos ven el peligro que representa la relación para la persona, menos la persona que está en la relación tóxica.
De esta manera es común que quien despierta a su realidad y se da cuenta que está metido en una relación tóxica normalmente ya atravesó por laberintos de dolor y afrontó situaciones difíciles.
Las consecuencias de las relaciones tóxicas son espirituales, psicológicas, físicas, sexuales y económicas.
CONSECUENCIAS ESPIRITUALES
Muy poco se habla de las consecuencias espirituales de pasar por relaciones tóxicas y es quizá lo más importante y a la vez lo más delicado, lo digo basada en mi propia experiencia.
Debido a que las personas que se meten en la relación tóxica lo hacen desde el ego, no desde la libertad ni la autenticidad, el amor brilla por su ausencia, aunque las personas no se dan cuenta de este pequeño detalle.
Así pues, en realidad lo que se ama no es a la pareja sino a la ilusión que creamos de ella. Se ama lo que significa como promesa para llenar algo que la persona siente que le hace falta por dentro. De esta manera se crea una relación desde la carencia interna, de sentirse incompletos y desde el debilitamiento del espíritu, es decir, desde la desconexión con el poder interior que todos tenemos.
La paradoja es que la persona que buscaba sentirse fuerte con su pareja, porque supuestamente ella llena sus vacíos, lo que logra en la práctica es todo lo contrario. Entre más busca llenarse afuera con su pareja, más se siente vacía por dentro. Esto ocurre porque delega en el otro lo que realmente está dentro de ella. Entre más le entrega el poder al otro o más se siente necesitado de estar con esa pareja, más se desconecta de su poder interior y más se debilita su espíritu.
Es por eso que a veces vemos personas como muertas en vida. Es porque el espíritu se va apagando en la relación tóxica, independientemente de si la pareja tiene todas las comodidades o tiene una buena posición económica. Es como que paulatinamente el brillo de los ojos se apaga.
De este modo, lo que en su momento pudo ser una hermosa ilusión luego se convierte en dolor y sufrimiento, por tanto la alegría se termina por fingir y se pierde el disfrute de los placeres de la vida. De hecho en algunas ocasiones se esfuman las ganas de vivir a pasos agigantados o se genera una depresión.
Se pierde la esperanza en la vida, la fe en el amor, la alegría y el goce, todos alimentos del espíritu.
La prevención entonces desde la perspectiva espiritual para no caer en relaciones tóxicas es profundizar en quienes somos y en descubrir nuestro propio poder interior.
Entre más nos conozcamos a nosotros mismos, entre más estemos en paz con nosotros mismos, entre más nos valoremos y sintamos nuestra conexión con el amor infinito del universo y nuestra integración como unidad interior y unidad con los demás, más fácil es que podamos ser auténticos y libres, de modo que elijamos amar al otro en lugar de acercarnos para llenar vacíos.
Nos corresponde entonces fortalecer nuestra capacidad de discernimiento, la confianza en el orden perfecto del universo, la fidelidad a quienes somos en verdad, el vivir aquí y ahora, entre otras cosas.
En síntesis, las relaciones tóxicas apagan nuestra luz y son verdaderos caminos tormentosos que postergan o anulan la posibilidad de evolución de conciencia y por tanto se constituyen en una forma de evadir nuestra responsabilidad de ser y de construir nuestra felicidad.
CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS
Creo que las consecuencias psicológicas son las más ampliamente nombradas por los científicos que han estudiado el comportamiento de las personas que se meten en relaciones tóxicas.
Ellos han acuñado términos como "violencia intrafamiliar", "victimario" y "víctima", "hombre maltratador" y más recientemente "mujer maltratadora".
En lo personal, prefiero hablar de aprendizajes y de maestros por los que pasamos, en lugar de rotular a la situación o a la actuación de cada quien con una etiqueta que pudiera tener un efecto de programación neurolingüistica en las personas.
Desde mi perspectiva somos almas viajeras que decidimos pasar por ciertas experiencias para aprender y evolucionar en consciencia.
Como en las relaciones tóxicas las personas se meten desde el ego y no desde la libertad y la autenticidad, entonces se establece la dependencia y la codependencia, de ahí que las consecuencias psicológicas tienen que ver con el uso constante de mecanismos de defensa y ataque que menoscaban la autoestima.
La forma en que las relaciones tóxicas logran su cometido de dañar la autoestima es finalmente por medio del miedo y de la confusión.
De ahí que la manera en que podemos prevenir las relaciones tóxicas desde la perspectiva psicológica es mediante la construcción y fortalecimiento de una sana autoestima que conlleva a una autovaloración.
CONSECUENCIAS FÍSICAS
Las consecuencias físicas son el resultado del montón de emociones que se generan en las relaciones tóxicas y de vivir en medio del miedo y la zozobra.
El cuerpo se resiente paulatinamente y las consecuencias físicas van desde la ansiedad, el insomnio, los dolores de cabeza o los desórdenes alimenticios, hasta enfermedades autoinmunes, depresiones y el cáncer.
El deporte, el comer saludablemente y el dormir bien son algunas de las sugerencias para tener un equilibrio en la salud.
Sin embargo en las relaciones tóxicas el desgaste energético que genera el movimiento de sombras de ambos lados, hace que el ambiente no favorezca lo más básico de la salud que es la sana administración de las emociones.
La forma en que se pueden prevenir todos los efectos físicos que traen las relaciones tóxicas, es comenzar por apersonarnos de nosotros mismos, para tomar conciencia de las emociones poco saludables en las que se llega a convivir, de modo que se sanen las heridas, se haga un proceso de limpieza emocional y se inicie un camino de transformación interior.
También se dan consecuencias de tipo sexual y de tipo económico, sin embargo no quiero alargar mucho esta entrada del blog.
Espero que todas mis reflexiones y sugerencias expuestas acá sean de utilidad para quienes están en relaciones tóxicas o quienes están saliendo de ellas.
Mucha fuerza interior, mucha luz y mucha unidad interior, es mi deseo para que puedan encontrar la paz y el amor.
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Publicado en Filosofía de vida, Afecto y amor
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