03Abril

Los hábitos de la gente feliz

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Los hábitos de la gente feliz

Felicidad es una de las palabras más usadas por la gente. Sin embargo, comúnmente la felicidad se percibe  como algo que suena tan grande y tan elevado, que se vuelve utópico e inalcanzable.

Por eso, si sientes que no has llegado a la felicidad, si te has preguntado ¿por qué no soy feliz? o si has pensado ¿cómo hago para encontrar la felicidad?,  este artículo puede servirte, porque verás que la felicidad es algo más simple de lo que parece, y te compartiré algunos hábitos que nos ayudan a encontrarla.

 

¿Por qué nos enredamos buscando la felicidad?

Básicamente, nos enredamos buscando la felicidad porque suceden dos cosas:
La primera, es que es un concepto que ha sido estudiado tantas veces, que nos llenamos de muchas ideas al respecto, y terminamos confundidos.

De esta manera, nos quedamos sin comprender ¿de qué se trata ser feliz? y mucho menos sabemos exactamente ¿qué es lo que hay que hacer para ser feliz?.

En consecuencia, la segunda cosa que sucede, es que decimos que queremos ser felices, pero hacemos todo lo contrario. Esto significa, no sólo que no sabemos qué hacer para ser felices, sino que, aún cuando lo sepamos, desarrollamos hábitos que no ayudan para que seamos felices.

En síntesis, los seres humanos vamos, con frecuencia, en contravía de la felicidad, porque nos confundimos y creamos una brecha entre lo que decimos que queremos y lo que hacemos.

Esto se debe a que los seres humanos actuamos siguiendo las creencias que almacenamos en el  cerebro inconsciente, que no necesariamente están de acuerdo con lo que manifestamos de forma consciente.

Ese fenómeno de actuar conforme a lo que dicta el cerebro inconsciente, lo comprobé una y otra vez, durante todos los años que me dediqué al marketing.   Por eso, los seres humanos compramos lo que no necesitamos o volvemos a comprar productos de la misma marca que criticamos el mes pasado.

Y esta forma de actuar que uno de los gurús del marketing llama "comportamiento irracional" del ser humano, no sólo se presenta al comprar un producto, sino que lo aplicamos a todas las esferas de la vida. Por eso hay dietas que se siguen por unos cuantos días, aunque las personas expresan que quieren bajar de peso; o se continúa en relaciones de pareja llenas de sufrimiento por años, aunque  se afirma que  “no lo amo y quiero divorciarme”, y así sucesivamente.

En este sentido, me he cuestionado cosas como estas: ¿por qué hay tasas de deserción que no son despreciables, en los niveles de formación superior, entre jóvenes que no tienen problemas económicos?, o ¿cómo es posible que muchos de los estudiantes de posgrado manifiesten que la carrera que estudiaron no les gusta?, o ¿por qué algunos empleados de las empresas me dicen en voz baja, “no estoy contento en este trabajo, por si sabes de algo”?.

Así pues, buscando respuestas a mis preguntas,  resulta que los datos que arrojan los estudios, son coherentes con lo que he visto en mi experiencia.

Por citar algunas cifras, el 65% de los colombianos preferirían haber estudiado otra carrera (Adecco Colombia); el 58% de los estudiantes universitarios iberoamericanos no tiene interés en su área de conocimiento (Universia); el 71% de los colombianos no es feliz en su trabajo (Trabajando.com).
Sin hablar de otras cifras quizá más escalofriantes, como las tasas de suicidio a nivel mundial, que reporta la Organización Mundial de la Salud.

Todas esas cifras contrastan con el deseo profundo de ser felices que guardamos los seres humanos.

Como lo afirma el francés Mathiew Ricard, que se reconoce como el hombre más feliz del mundo, de acuerdo con los estudios científicos a los que se ha sometido: “… hasta donde sabemos, nadie se despierta en las mañanas pensando ¿me permiten sufrir todo el día?, lo cual de alguna manera significa que, consciente o inconscientemente, directa o indirectamente, en el corto o en el largo plazo, todo lo que hacemos, todo lo que esperamos, todo lo que soñamos, de alguna forma está relacionado con un profundo deseo de bienestar o de felicidad”.

De tal manera que, si todos queremos ser felices, nos toca aprender a ser felices, como lo propone Harvard, con su cátedra de la felicidad.

La buena noticia es que, por un lado, no hay ningún misterio en la fórmula para ser felices; y por otro lado, la capacidad de aprendizaje de los humanos, la podemos usar para aprender a ser felices.

Así pues, el secreto para ser feliz, es sencillo, como lo dice M. Ricard, consiste en entrenar a la mente de tal manera que evitemos identificarnos con la emoción. O sea, que comprendamos que no somos la ira o el miedo. Para Ricard, esto se logra cuando nos habituamos a cambiar las emociones o pensamientos negativos, por pensamientos positivos. Al hacer este ejercicio, el pensamiento negativo queda intercambiado por el positivo, debido que no pueden persistir los dos al tiempo.  

De tal modo que, ser felices, consiste  en alcanzar, y permanecer, en un estado de conciencia que sobrepasa las circunstancias externas. Para lograrlo, necesitamos instaurar un nuevo patrón mental, mediante la puesta en marcha de un conjunto de hábitos.


Los hábitos que desarrollan las personas felices:

1. Cuidan la mente

Las personas felices cultivan pensamientos positivos que ayudan a la conservación de un estado en donde se impulsa el florecimiento del bienestar. Esto significa el destierro paulatino de todos los pensamientos negativos.

Si poco a poco, se remplazan los sentimientos de odio, de ira, de celos, de revancha o de arrogancia, por sentimientos de compasión, de ternura, de comprensión, de amor o de generosidad, esto se va convirtiendo en un hábito.

Por eso, muchas de las personas felices, realizan meditación diariamente porque descubren que es un método eficaz para educar la mente. De hecho, con el tiempo los meditadores alcanzan un estado de amor puro.

2. Cultivan una sana autoestima

Esto significa que las personas felices cultivan su ser en todas sus dimensiones.

Por mi trabajo, tuve la oportunidad de conocer cerca de 200 centros de adulto mayor, donde pasan sus últimos años las personas. Vi que al final del día, cuando ya nos quedan pocos años de vida, lo único que queda es quiénes fuimos en este planeta y qué relaciones construimos. No importa si fuimos altos ejecutivos o si fuimos multimillonarios, lo que importa es qué valores sembraste y qué diste a la vida.

Por eso cuidar el espíritu, la mente y el cuerpo y, muy especialmente, cultivar los valores humanos, es algo que practican las personas felices. Todo eso fortalece la autoestima y permite vivir desde la autoconfianza, en lugar de vivir desde el miedo.


3. Viven cada momento con pasión

Las personas felices disfrutan de cada instante, saben que detrás de cada experiencia, fácil o compleja, hay siempre oportunidades de aprendizaje que nos permitirán una vida más ligera de equipaje.

Por eso las personas felices no se aferran al pasado ni se concentran en el futuro. Sin dejar de tener sueños y metas, se enfocan en el presente.

 

4. Tienen un propósito en la vida

Las personas felices tienen un proyecto de vida claro e inspirador, que las motiva de manera permanente.

Por eso sonríen y se alegran con facilidad, porque van por la vida con sueños nuevos por conquistar.

Ese proyecto de vida no está enfocado en el dinero, sino en el placer de vivir una vida con sentido. De hecho muchas de las personas felices han descubierto que las cosas materiales son irrelevantes y prefieren vivir una vida austera, sin ostentaciones.


5. Tienen una vocación de servicio

Las personas felices conocen esa sensación indescriptible que se experimenta cuando se entrega desde la más genuina generosidad, sin esperar nada a cambio.

El placer de servir y de dar, es algo que las personas felices disfrutan muy a menudo.


6. Tienen una vida agradecida

Esto significa que las personas felices agradecen por todo a diario. Lo hacen porque les nace. Aunque es como si supieran que dar las gracias es como un mantra, que atrae más de lo que se agradece.

Agradecer se convierte en algo tan importante, que funciona como lo explica el monje franciscano alemán, David Steindl-Rast, “no es que la felicidad traiga gratitud sino que el vivir agradecidos nos trae felicidad”.


7. Comparten con la familia y amigos

Este hábito también lo practican las personas felices, lo hacen porque saben que las vivencias con los seres que amamos nos llenan de recuerdos agradables, que alimentan el alma.

De paso, las personas felices fortalecen los vínculos y establecen relaciones armónicas.

Es sencillo, ser feliz es una decisión de vida, entonces a poner en práctica los hábitos que desarrollaron quienes ya son felices.

¡La vida pasa muy rápido y vinimos para ser felices!

Publicado en Bienestar y felicidad

Comentarios (2)

  • Anónimo

    Anónimo

    01 Junio 2017 at 16:22 |
    Maravilloso tu articulo y si me pongo a analizarlo a fondo veo cada vez mas que el encuentro de la felicidad no es mas que disfrutar al máximo lo que he conseguido con el mayor de los gustos.

    Responder a este comentario

  • Anónimo

    Anónimo

    01 Junio 2017 at 16:24 |
    Buen artículo. Añadiría algo más: conservar siempre la capacidad de asombro ante todo, las pequeñas y las grandes cosas. Cuando dejamos asombrarnos aprendemos a disfrutar cada minuto.

    Responder a este comentario

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