La curiosidad mató al gato

Muchas de las relaciones tóxicas son al musmo tiempo relaciones de infidelidad que han existido desde hace mucho tiempo. Lo novedoso de hoy en día es que tenemos un nuevo medio de comunicación que como toda herramienta puede ser usada para básicamente lo que el ser humano se imagine. Así pues, en la actualidad las relaciones tóxicas y las relacioens de infidelidad tienen una nueva forma de abrirse paso si lo deseamos y es a través de Internet, de las redes sociales y de los menajes en los chat de celular. 

Poco podemos decir de las cifras de personas metidas en estos juegos peligrosos que empiezan muchas veces por curiosidad pero que continúan hasta destruir vidas, relaciones de pareja y hasta familias enteras. Lo que sabemos es que cada vez es más común saber de alguna historia de este estilo.

En mis conversaciones con ingenieros de sistemas, con abogados, con sacerdotes y con terapeutas he sabido de todo lo que está pasando con Internet en el tema de relaciones de pareja.

Tenemos entonces un universo de tentaciones y novedosas oportunidades de engancharnos en relaciones que se presentan al principio como magníficas opciones de experimentar algo diferente pero que traen al final del día angustia, sufrimiento y decepciones. 

Es acá cuando, como dice el dicho, la curiosidad mató al gato. Las personas se meten porque les llama la atención la promesa explicita o implpicita de renovarse, de conseguir a alguien para compartir o de salir dell aburrimiento de una relación en decadencia. Pero terminan muchas veces metidas en verdaderos calvarios de sufrimiento.

En esta nueva entrada quiero escribir sobre lo que he conocido de este tema de las redes sociales y de los mensajes por celular que se muestran como oportunidades para la curiosidad y el enganche en relaciones. Me parece un tema de suma importancia especialmente cuando las personas están en momentos de confusión o en situación de vulnerabilidad emocional.

Casos de casos en Internet

- "Hola, cómo estás?", "tenemos un amigo en común..."

 - "Me encantó tu foto de perfil, te ves preciosa"...

Con conversaciones como esta inicia todo un proceso de acercamiento escalando prontamente los niveles hasta llegar a lo que se conoce como "sexting" que significa básicamente conversar en tono sexual a través de dispositivos móviles y de Internet.

Este tipo de diálogos los llevó a la pantalla grande en 2009 la película "Amor sin escalas" en una cruda historia que perfectamente puede ocurrir en la vida real. A propósito esa cinta la recomendé en uno de mis #SabadosdeRecomendado en mis redes sociales.

Me contaba un abogado sobre los casos recientes que ha conocido de personas que en plena reunión de la oficina están al mismo tiempo enviando mensajes en el chat en tono provocativo, insinuante y claramente sexual. Muchas veces esos mensajes hacen parte de conversaciones entre compañeros de trabajo que tiene cada uno su relación estable con alguien más.

De hecho algunas de esas conversaciones de "sexting" van a parar a estrados judiciales como material provatorio en procesos de divorcio.

Por eso me parece importante que se hable de esto que está pasando y que tomemos conciencia del peligro que representa especialmente cuando la personas están en una búsqueda de algo para llenar algún vacío o porque literalmente están cansadas en una relación actual pero no saben cómo salir de ella. Son momentos de profunda vulnerabilidad y en esas circunstancias se tiende a confundir la arena con el oro.

Recordemos que la infideidad es una consecuencia del deterioro de una relación de pareja que no se cultivó a tiempo, donde el amor murió o donde hubo una brecha o una herida que jamás de sanó. 

Cuando se hacen heridas en la relación, ocurre con frecuencia que las personas quedan con rabia, resentimiento o dolor. Y resulta que quizá por miedo de afrontar esas emociones o por la inversión de energía que implica tomar conciencia de que esa herida sigue allí, se toma la decisión de refugiarse en alguien más o tal vez de tomar revancha ante una infidelidad. Ni más ni menos como lo hemos visto en más de una película.

La intención de fondo

Mientras que algunos se ponen las manos en la cabeza, otros se rasgan las vestiduras con todo lo que se puede ver en las redes sociales y en Internet en el tema de relaciones de pareja.

Ciertamente hay y habremos de conocer casos de personas enganchadas en historias tóxicas en redes sociales. Pero también es cierto que Internet, como toda herramienta, puede ser usada a favor de relaciones sanas y de personas que buscan algo desde el amor de verdad.

En otras palabras, no olvidemos que todo depende de la intención con la que se hacen las cosas. Si la intención y el uso de las redes sociales entablar una relación sana y estable, en ese caso el "sexting" puede resultar como una opción para mantener el picante entre los dos.

Pero cuando la intención es como la del gato salir a buscar lo que no se ha perdido, ahí si hay que tener cuidado. Los montones de opciones que presenta la tecnología hoy en día se prestan para muchas cosas entre ellas por supuesto en primer lugar la infidelidad y el enganche en relaciones adictivas y tóxicas.

No debería sorprendernos todo lo que está ocurriendo. Internet amplifica y evidencia lo que venía pasando en la vida real. Ahora bien, las redes sociales han agilizado los procesos y han puesto más al alcance de la mano todas las posibilidades de ser infiel, de "experimentar" en la sexualidad, de "salir de la rutina" y muchas otras cosas que ya venían pasando en la vida real.

Además las redes sociales e Internet han logrado que las traiciones en las parejas sean más visibles y más expuestas a comentarios de todo el mundo, causando quizá mucho más dolor del que anteriormente causaban las infidelidades. 

¿Qué hacer ante las tentaciones de Internet y las redes sociales?

1- Estar muy claros en qué es lo que realmente queremos para nuestra vida: una relación sana o una relación tóxica. Una relación estable o una relación inestable. Una relación con alguien y otra u otras relaciones clandestinas simúltaneamente o una relación con una persona solamente.

Ante cualquier mensaje provocativo, preguntarnos ¿es esto lo que quiero? ¿es esto lo que me traerá más paz, bienestar y alegría trae a mi vida?.

2 - Poner límites amorosos. Hay veces que quien pone los mensajes es una persona cercana, alguien del trabajo o un vecino o un amigo de la pareja. En esos casos el tema de poner límites puede tener algo de complejidad. Sin embargo hay que ponerlos, siempre desde la vibración amorosa en nuestro corazón, es decir, no desde el ego o desde la ira, sino desde la compasión. 

Quien hace "sexting" tratando de atrapar a la otra persona en una relación tóxica muchas veces es una persona bastante confundida.

Hay que seguir nuestra intuición de cuáles son esos límites sanos y amorosos con la persona que trata de engancharnos. A veces basta con poner claras las cosas. Otras veces el nivel de límite que toca poner pasa por tener que bloquear a la persona en las redes o incluso llegar a otras instancias cuando ya el tema pasa a acoso laboral o a abuso.

3- Poner freno a tiempo. Cuando la persona se ha enganchado en una que otra conversación, es importante parar y pensar en las preguntas de la primera recomendación. Las situaciones se pueden frenar a tiempo en muchos casos. Es cuestión de tener claridad de lo que se quiere en la vida, y actuar en forma coherente con firmeza y voluntad. 

Espero que esta entrada sea de mucha utilidad para quienes están pasando por estas tentaciones que son casi cotidianas en nuestros tiempos y que la curiosidad no los mate como mató al gato.