¿Existe el amor a primera vista?

Si tu crees en el amor a primera vista, no eres el único, haces parte del 60% de las personas del mundo, especialmente hombres.

Pero ¿qué tan cierto es este mito?

¿Será que si es posible en la vida real que nos encontremos con alguien y de inmediato nos enamoremos, como lo muestran en algunas películas de Hollywood?

Te propongo que saques tus propias conclusiones después de leer este nuevo artículo del blog.

El mito del "amor a primera vista"

Así como lo que piensa la gente que sueña con ganarse la lotería para alcanzar la felicidad, a la mayoría de las personas en algún momento se les ha ocurrido la idea de que puedan encontrar al amor de su vida en alguna esquina.

La verdad es que resulta fascinante la idea de que un día cualquiera, de la nada, se abrirá la puerta de un ascensor y saldrá de allí el hombre o la mujer de nuestros sueños, sentiremos el flechazo de cupido y nos enamoraremos perdidamente.

Ciertamente la creencia del amor a primera vista es una idea arraigada en el inconsciente colectivo, que ha sido promovida por el cine y por el concepto del amor romántico.

Por eso comúnmente nos imaginamos por ejemplo poder vivir una apasionada aventura, como en la película "Enamorarse" (1984) con Robert de Niro y Meryl Streep, que nos muestra la historia de Molly Gilmore y Frank Raftisel tras su accidental encuentro entre durante sus compras navideñas de última hora en Nueva York.

O nos metemos en la ilusión de poder flotar entre las nubes o algo en la vida real como lo que le pasó a Gru en "Mi villano Favorito 2", en esa escena en la que él va enamorado por las calles y todo brilla bajo el sol para él porque ha encontrado a la agente Lucy.

Pero no, el amor no ocurre de esta manera. Lo que nos enseñan esas escenas del cine o también de las novelas románticas, son el resultado de lo se conoce como "efecto halo".

Dicho en mis propias palabras, el efecto halo es como una especie de espejismo por el que nos sentimos atraídos poderosamente hacia una persona en particular.

Sucede que por cuenta del efecto halo perdemos el sentido de realidad. Creemos ver con objetividad pero en realidad estamos idealizando a la persona asi como a la posible relación, haciendo caso omiso a cualquier signo de advertencia de que no sería una persona que racionalmente elegiríamos.

No en vano se le conoce a esta idea del amor a primera vista como el verdadero "enamoramiento", que equivale a enamora-miento.

De manera que el famoso mito del "amor a primera vista" solo es un estado de atracción física que suele desaparecer tan pronto como se apaga el fuego de la pasión ilusoria del momento.

Sin embargo, lo interesante es que el amor a primera vista tiene su origen biológico y también se puede mirar desde otras dos perspectivas.

Miremos en detalle los tres puntos de vista con los que podemos comprender el famoso "amor a primera vista".

La atracción biológica

Desde la perspectiva netamente biológica, la atraccción física que sentimos hacia otra persona es algo básico de nuestra esencia humana, por cuanto es la forma como la naturaleza nos conduce a la preservación de la especie.

Sin atracción no habría reproducción de la especie. Así de simple.

En el proceso del conocido como amor a primera vista, lo que ocurre es que se activa nuestra memoria biológica en tanto vemos a la persona que nos atrae. Como si tuviéramos un sensor interno con una luz verde que se enciende para decirnos algo asi como "a la conquista", pues esta atracción física representa una oportunidad para la sexualidad y la fecundación.

Por lo tanto, aunque pareciera que la persona está movida por algo desde su corazón, en realidad está impulsada por sus instintos más básicos de reproducción.

De ahí que en el proceso de "amor a primera vista", la gente hace todo para llamar la atención de la persona a la que se siente atraída.

Tal cual como sucede en el bosque, donde todos los machos de las diferentes especies animales hacen gala de estrategias de atracción para captar la atención de las hembras. 

Por esta razón, no es de extrañar que quienes dicen sentir "amor a primera vista" sean más hombres que mujeres, según lo que han encontrado los científicos. Es un elemento biológico de nuestra parte animal que coexiste con nuestra esencia humana con cosciencia y trascendencia. 

Del enamoramiento al amor

Como hemos visto, el famoso amor a primera vista no involucra ninguna emoción relacionada con el amor, sino que se ancla en la atracción fisica, en el deseo y en el impulso sexual.

Sin embargo el enamoramiento es parte de nuestra naturaleza biológica y su función es la de acercarnos a una posibilidad de aparearnos, tal como lo hacen los animales en el bosque.

De hecho la primera puerta que nos abre al amor es la sensación de hallarnos a gusto con la otra persona, de sentirnos atraidos hacia su forma de hablar o por su pelo o por su mirada y muy especialmente hacia su olor.

Pero como el amor es otra cosa, al engancharnos desde el enamoramiento o sea desde esa atracción física solamente, corremos el riesgo de dejarnos llevar tan solo por el instinto sexual. De modo que puede pasar que nuestro acercamiento al amor quede reducido únicamente a la genitalidad. 

Precisamente ese instinto animal tan exaltado a nivel mundial en los últimos tiempos, nos ha llevado a reducir el amor a encuentros casuales. En tanto que hemos limitado tanto nuestra sexualidad como nuestro erotismo, al sexo, es decir, a un asunto meramente fisiológico, perdiendo la sensación de disfrute.

La diferencia de amor con enamoramiento es que con el amor se siente paz y hay una emoción que brota desde el corazón. Mientras que con el enamoramiento se experimentan síntomas como insomnio, como la sensación de mariposas en el estómago o como la angustia por no estar con la persona que nos atrae.

Por lo tanto, cuando nos damos un tiempo para que la atracción nos acerque a conocer a la otra persona, podemos constatar si lo que sentimos en un comienzo era puro impulso sexual o era la oportunidad de abrirnos al amor verdadero.

Del amor a la trascendencia

Esta última perspectiva la considero como para tomar con pinzas porque puede confundir a más de uno, dado que aproximadamente el 60% de las personas del mundo dicen haber vivido el "amor a primera vista".

Esta perspectiva es la que nos lleva a comprender que como almas que somos, encarnadas en un cuerpo físico, es posible que tengamos ciertos encuentros con otras personas que en forma racional son inexplicables.

Me refiero a lo que la gente a llamado "contratos de almas". Es decir, casos en donde el encuentro de "amor a primera vista" en realidad era un reencuentro de almas. Son muy escasos estos casos, pero los he conocido.

Esa es la historia de una exalumna de mis talleres, actualmente está casada y tiene un hogar precioso con su esposo. Ese amor fue lo que la gente conoce como a primera vista. Al cabo de dos meses de noviazgo se casaron. Los detalles de cómo se conocieron, de las pocas probabilidades que tenían para haberse cruzado en sus caminos y la paz que sintieron desde el comienzo, son pistas de que esta historia es un asunto del cielo, algo que no comprendemos, que se escapa a cualquier estadística o estudio científico sobre el amor.

Pero más allá de estas historias tan inusuales, lo importante es saber que desde la  perspectiva de trascendencia, podemos decir que todo encuentro casual era una cita como decía Borges. Por lo tanto conviene igualmente darle ese toque sagrado a esa atracción que sentimos por alguien y darnos el tiempo para conocerla o conocerlo mejor, honrando nuestra naturaleza divina que también nos habita en este cuerpo humano. 

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